Seis grandes editoriales, cinco
de ellas privadas con fines de lucro, controlan en todo el mundo el 50% de todas las publicaciones
científicas, obteniendo márgenes de ganancia de más del 40%. Estas grandes empresas editoriales imponen
criterios, reglas de juego y valores determinados por ellas mismas para
incrementar su negocio, que suelen ser usados por las instituciones científicas
como parámetros de calidad, como por ejemplo el factor de impacto. Las publicaciones de estas editoriales, son editadas en
revistas incluidas en la web of science y representan solo el 20%
de las aproximadamente 150.000 revistas científicas que circulan en el mundo. A pesar de este monopolio
editorial, ¿por qué la
comunidad científica mantiene un sistema que lucra con el conocimiento y el
trabajo de los científicos sin un aporte evidente a la sociedad?
Creemos que se
hace necesario tomar
conciencia de que el negocio que se realiza con las publicaciones debe ser
cuestionado y cambiado, no solo porque atenta contra la libre circulación de la
información científica, sino por su influencia negativa en las políticas de
evaluación de esta actividad y en la orientación y desarrollo de los proyectos
que se llevan a cabo, especialmente en países no centrales como el nuestro. El
presente artículo presenta un panorama de esta problemática y propone posibles
alternativas para encarar los cambios
que esta situación requiere.
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